Con los vientos fríos del norte se anuncia la temporada más esperada por propios y extranjeros… Una de las épocas en Oaxaca con más color, sabor y tradición (además de la Guelaguetza).
Al iniciar el otoño, nuestras tierras comienzan a convertirse en hermosos tapetes que pintan de anaranjado, rosa y amarillo nuestros valles y montañas. Su dulce aroma comienza a perfumar nuestras calles y casas.
Así llega, durante los últimos días de octubre, el tan esperado “Día de muertos”, con bellos colores, suaves aromas y toda la devoción de un pueblo que espera con ansias la visita de sus seres amados. Aquellos que ya partieron a una mejor vida, pero regresan, por un instante, a recordarnos que siempre estarán cerca de nosotros mientras no dejemos de recordarles.
Para quienes continuamos en este plano, es una gran dicha preparar nuestros altares para recibirlos; les acomodamos una mesa y colocamos en ella el copal, que elevará nuestras oraciones y alabanzas. Adornamos con flores del color del sol, para que iluminen el sendero por el cuál las almas de los seres amados regresarán a reunirse con nosotros. Cocinamos tamales y mole, servimos mezcal, chocolate, una buena cerveza y agua fresca para deleitar a las ánimas durante su estancia.
En el centro de nuestro altar, colocamos la fotografía de la persona o personas a las que daremos la bienvenida, esperando hacer de su visita un instante que se quede con ellos por la eternidad.
Para las y los oaxaqueños, esta es una de las tradiciones más importantes que celebramos, sin falta, año con año. Poder presenciar los preparativos es ser testigos de la magia y encanto de nuestra cultura con todas sus variantes entre las 8 regiones que lo conforman. Definitivamente, la cultura madre dejó un legado que ha de prevalecer a lo largo de los años.
Día de muertos en Oaxaca es sinónimo de unidad familiar y de comunidad, es una época en que los panteones se iluminan con la luz de miles de veladoras y la alegría de cientos de familias que comparten historias, recuerdos, cantos, abrazos, oraciones y sobre todo el amor de tenerse el uno al otro.
Vivir el Día de Muertos en Oaxaca es magia, alegría, sabor, color, cultura y tradición que nunca muere. Ven a disfrutar y empaparte de nuestro legado. En Hotel Misión de los Ángeles Oaxaca estamos listos para recibirte.
¡Bienvenido!